Abstract
Se trabajó con un niño varón de 9 años y 6 meses de edad, quien orinaba hasta catorce veces al día. El paciente se manejó en el servicio de Psicología Médica de un hospital de especialidades en el área de consulta externa. Luego de implementar un registro diario de frecuencia de la conducta problema y obtener su nivel operante, se proporcionó un entrenamiento de vejiga con un C.O.D. de 10 minutos, sin encontrar una disminución sustantiva. Posteriormente, se utilizó castigo condicionado en la modalidad de costo de respuesta. El efecto fue inmediato, y hubo una disminución hasta una frecuencia de cinco micciones al día, seguido esto de una recuperación y de una disminución gradual, hasta alcanzar un promedio de siete micciones, criterio que se consideró como normal. Un mes después mantenía su mejoría. Dicha estrategia puede emplearse para atender tales problemas urinarios en la población infantil previamente al uso de medicamentos.